Las Islas Åland son un territorio bastante desconocido de Finlandia. Situadas a medio camino entre las costas de Turku y las de Estocolmo, las islas Åland son un puente entre Finlandia y Suecia. Un puente geográfico y cultural, un destino increíble que cuenta con alojamientos espectaculares para disfrutar de unas vacaciones en el archipiélago. Las Åland son un complejo conjunto de islas recortadas, llenas de bahías, penínsulas, puentes que saltan entre ellas, bosques tupidos de coníferas donde crecen las bayas en verano y las setas en otoño. Las Åland tienen apenas 25mil habitantes pero unas infraestructuras muy modernas, hoteles boutique, campings con cabañas nórdicas de ventanales inmensos al pie de los embarcaderos y las saunas, hoteles con encanto contemporáneos y granjas donde alojarse en mitad de la campiña finlandesa. Y el plus ultra, dormir en una moderna cabaña en una isla privada, solos con la naturaleza.
Las islas Åland gozan de un estatuto de desmilitarización basado en tratados antiguos entre las potencias regionales, Suecia y Rusia, una larga historia marinera y una gastronomía derivadas de sus productos locales que sorprende. Los pescados, el pan, las mermeladas, verduras y frutas, entre ellas sus famosas manzanas. Las Åland tienen un estatuto de autonomía especial dentro de Finlandia, y la lengua mayoritaria es el sueco, aunque todo el mundo sabe finlandés y por supuesto inglés.
Para llegar lo mejor es coger los modernos y divertidísimos ferries que llegan desde Turku, Helsinki y Estocolmo. Una vez llegados, necesitaremos tiempo para descubrir y disfrutar del archipiélago. Varios museos modernos y muchas actividades nos esperan. Los museos son diversos: sobre el mar y la cultura local; los coches antiguos americanos.
A esto se añade la posibilidad de practicar la vela y otros deportes náuticos, la bicicleta de montaña o carretera, el senderismo o visitar de la fabrica local de cerveza o de quesos. Especial interés tienen las antiguas capitales Kastelholm (fortaleza medieval sueca) o Bomarsund (antigua fortaleza decimonónica rusa). La capital actual, Mariehamn, es ordenada y tiene varios restaurantes interesantes. Algunos de sus barrios muestran, a pequeña escala buenos ejemplos de urbanismo responsable y humano. Además de ser muy bonitos.
Eckero o la isla de Vårdö ofrecen alojamientos con encanto en mitad de una naturaleza abierta y libre. La sauna flotante, las canoas o las excursiones en bici o a pie serán una cura perfecta en unas vacaciones únicas.
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