El País Vasco es una de la regiones verdes del norte de España. La variedad geográfica, gastronómica y monumental es una constante en España aunque, por desgracia, toda la vertiente norte no es demasiado conocida.
La naturaleza es espectacular, desde la costa y las bellas playas del norte donde el agua no está tan fría como podría parecer. San Sebastián y su famosa playa de la Concha es el mejor ejemplo, pero toda la costa vasca posee playas con encanto, acantilados y reservas naturales como la del Ibaizabal entre Bermeo y Guernica. O lugares como la ermita de San Juan de Gastelugatxe que pronto aparecerá en Juego de Tronos, por algo será.
El interior posee las últimas estribaciones de la Cordillera Cantábrica y los primeros contrafuertes de los Pirineos. Parques naturales como el del Gorbea o el de la Sierra de Aralar confirman el verdor del País Vasco.
La gastronomía es muy reputada gracias a sus cocineros, famosos en todo el mundo, por su solidez, diversidad y excelencia. Carnes, pescados, quesos, verduras aderezadas ya cada vez más frecuentemente con excelentes vinos, los tintos de la Denominación de Origen de la Rioja, a la que pertenece el sur de la provincia de Álava y los blancos ácidos de gran calidad. Los del Chacolí (Txacoli) que se producen sobre todo en Vizcaya y, en menor medida, en Guipúzcoa y Álava, así como en algunas zonas de las provincias vecinas de Cantabria y Burgos.
La calidad de la restauración queda lejos de cualquier duda, desde los restaurantes rurales y otros que poseen las estrellas de Michelin en las capitales. Bilbao además ofrece la posibilidad de cenar o comer en mitad de su famosa ría en unos botes flotantes acompañados de un chef y recorriendo la capital vizcaína y llegando hasta el Puente de Vizcaya que une las dos márgenes de la ría en su desembocadura.
Bilbao ha sido la gran ciudad industrial de todo el norte de España, pero hoy ha logrado una exitosa reconversión en polo tecnológico y cultural. El Museo Guggenheim y la labor combinada de las instituciones municipales, regionales y nacionales que por una vez han trabajado de la mano, consiguió situar a Bilbao en el mapa del arte contemporáneo y del diseño mundial. Hoy todo el centro de la ciudad ha sido reformado y es un placer recorrerlo, parando en los bares y tascas para disfrutar de los pinchos y tapas. La posible llegada del tren de alta velocidad ayudará más al turismo, al conectar las tres capitales vascas con Madrid y el resto de España y con Francia.
Y si hablamos de tapas o pintxos, Donostia – San Sebastián se suele llevar la palma, pero en todos los pueblos y ciudades habrá maravillas que nuestro paladar disfrutará. El Festival de Cine, los edificios clásicos del XIX y principios del XX hacen de San Sebastián una ciudad encantadora.
Vitoria, que a veces se olvida, es un ejemplo de urbanismo humano y adaptado a las necesidades de la población. Muchas zonas verdes, un humedal donde encontramos cigüeñas y otras aves, calles y avenidas anchas y festivales de rock (ahora también en Bilbao) son algunos de los atractivos de la menos conocida de las provincias vascas. Y después, a disfrutar del vino de la Rioja alavesa, o cruzar el Ebro y visitar La Rioja.
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